PÁGINAS DE LA HISTORIA MEXICA. «Lograr la liberación de México y una patria nueva, o morir por ella.»

-Genaro Vázquez Rojas- (1931-1972).

Un día como hoy, de 1972, es asesinado por el Ejército Mexicano en un hospital de Morelia, Michoacán, un gran idealista, un revolucionario en toda la acepción de la palabra: el maestro Genaro Vázquez Rojas.

Despojado de toda ambición, Genaro comenzó su obra en los años 50’s fundando la Asociación Cívica Guerrerense (ACG), un movimiento pacífico que logró unir por un interés común a millones de trabajadores. La ACG no buscaba la elevación de Genaro a un puesto público sino la dignificación del trabajo, es decir, la mayoría de sus integrantes tenían plena conciencia de clase y luchaban por su libertad económica, pero como el maestro no vivía de la política, sino de su trabajo, pronto representó una amenaza a los intereses de los ricos y los políticos a pesar de haberse conducido siempre dentro de la ley y el orden.

La Asociación Cívica, al ser víctima de persecuciones, encarcelamientos y matanzas, comprendió la inutilidad de los medios pacíficos para combatir a la fuerza bruta de los funcionarios y los patrones. Fue el encarcelamiento de Genaro Vázquez en 1966, el detonante del movimiento revolucionario que se propagaría por todo el país. Los trabajadores de la ACG cansados de seguir el juego de los políticos con huelgas y demandas, empuñaron las armas para liberar mediante la razón y la fuerza a Genaro, derrotando a la policía en la cárcel de Iguala. Tras su rescate se funda la Asociación Cívica Nacional Revolucionaria, la más grande organización rebelde de los últimos tiempos conformada por campesinos, maestros y estudiantes; hombres y mujeres anónimos que resistieron durante más de dos décadas la embestida de la autoridad.

El movimiento de los Cívicos -como eran conocidos los integrantes de la ACNR- comenzó a replicarse en distintos estados operando simultáneamente con la Brigada Campesina de Ajusticiamiento de Lucio Cabañas Barrientos hasta que, mediante el terrorismo de Estado, concentrando a miles de militares en Guerrero durante el periodo de la historia de México conocido como «Guerra Sucia», el Ejército logró contener la insurrección popular ante la indiferencia del resto del país que aún tenía esperanza de cambiar su miserable situación a través de la vía pacífica y electoral.

Genaro Vázquez fue ejecutado en la ciudad de Morelia, Michoacán, el 2 de febrero de 1972, había sufrido un accidente automovilístico mientras escapaba de un convoy militar, pero al ser trasladado por paramédicos al hospital civil de Morelia, Michoacán, el Ejército tomó el control de las instalaciones para ejecutarlo de un culatazo en la cabeza, como lo afirmó su esposa Consuelo Solís. Tras su asesinato el maestro se inmortalizaría en la memoria del pueblo guerrerense gracias al empeño con el que luchó por la libertad económica, política y social de los trabajadores; esfuerzo que sólo es comparable con el de sus contemporáneos Lucio Cabañas, Elpidio Domínguez, Arturo Gámiz y Salomón Gaytán; desde los tiempos de estos grandes rebeldes no ha existido en México alguna lucha significativa y digna que trate de reivindicar el derecho de los trabajadores a vivir y a ser felices.

«Estos montes que sirvieron de trinchera a nuestros héroes de la Independencia y la Revolución, serán escenario de la última batalla definitiva que la clase campesina tiene que librar para su total liberación. Es preciso llevar esta guerra hasta sus últimas consecuencias para terminar de una vez y para siempre con los caciques que se han apoderado de las tierras y de todo aquello que produce alimentos. Nuestros hijos no deben seguir siendo peones de sus hijos.